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Homenaje en el Colegio Village

El pasado lunes, 29 de octubre del 2007, tuve el honor de estar y compartir en el homenaje que le hiciera el Colegio Village a María Alejandra Verdín Mansilla, alumna de 12° de este colegio.


Mariale, como le decían, dejó esta vida terrenal el pasado sábado 27, se nos adelantó cumpliendo con gozo y amor. Dió siempre lo mejor de ella en el crecimiento y aprendizaje que le tocó vivir en su corta forma física.

Vi a todos los alumnos y al personal del Colegio reunidos, acompañando a los papás y hermanos de Mariale, oyendo palabras tan especiales que tanto, los compañeros de clase como profesores y directores decían. Luego, la presentación que con esmero y dedicación prepararon con fotos, frases y música que hicieron como homenaje para María Alejandra y su familia.

Automáticamente, retrocedí al 7 de diciembre de 1993, cuando fue la misa por la partida de mi hijo Giancarlo, por su viaje de regreso a la Casa Celestial, en la iglesia San Judas Tadeo.

Allí, en la misa para él, estaban acompañándome representantes de su colegio, el CTE –párvulos de Village-. Desde la niñera que lo atendía en el colegio, hasta la profesora que lo había cuidado. Para mí fue un sentir impresionante.

Tengo tan presente tanto agradecimiento, ese acto de acompañamiento y las actitudes tan humanas que tuvieron conmigo en esos momentos tan duros.

Algo que tengo en el corazón muy grabado es cuando inscribí, en septiembre de 1999, a mi hijo Santiago allí; las palabras de Cary Peyre, la directora, fueron: por favor, tomen nota, se va a inscribir a un hermanito de un exalumno de CTE. Habían pasado seis años y ella habló como si fuera un exalumno del presente; sentí un gran detalle de su parte, lo agradezco mucho.

Lo que quiero expresar con este compartir, es mi agradecimiento profundo al Colegio Village por ser tan especial, por saber hacer pequeñas cosas que se sienten grandes; por saber lo importante que es ser formidable y diferente. Me han hecho sentir en familia, y les han dado la atención que se merecen a los sentimientos de las familias que han pasado por este tipo de experiencias. De igual forma, han ayudado a los alumnos a sobrellevar la pérdida.

Gracias, Cary y Alba, por saber hacer a tiempo cada detalle, y cada momento especial, para que el sentimiento de dolor sea vivido con menos dolor y más fortalecimiento. Gracias, porque me siento muy orgullosa de pertenecer a la gran familia del Colegio Village.

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