Este año 2017, para mí y la Familia AG ha sido de muchos cambios, ajustes, reingeniería administrativa, la partida de mi papá y fundador de esta gran empresa, y el recibir con agradecimiento y nuevos retos la nueva etapa y un capítulo nuevo en la historia de Corporación Aceros de Guatemala.
Hoy, comparo el crecimiento académico que podemos tener y sentir, con el crecimiento profesional que está teniendo Corporación Aceros de Guatemala en este 2017. Al llegar a párvulos o maternal, estamos en una primera etapa de nuestra vida, en la que nos separamos de nuestros papás para empezar a aprender algo nuevo fuera de casa. Cuando pasamos de párvulos a primaria, la emoción consciente puede ser poca, como niños ya no usamos pañales, ya no tomamos pacha, no sabemos escribir, solo dibujar, etc. Pero, cuando pasamos de primaria a básicos, allí los cambios ya se sienten mucho más fuertes, ¿es así o no? Y esto es porque ya no solo dibujamos, si no ya aprendimos a leer y a escribir. Ya tenemos más conocimiento de las matemáticas y otras materias. Y no digamos cuando pasamos de básicos a bachillerato, perito, secretariado, magisterio, etc., aquí puede ser que nos toque cambiarnos del centro educativo donde estábamos para irnos a donde sí hay lo que elegimos estudiar y seguir aprendiendo. Dejamos amigos y compañeros con quienes llevábamos años de compartir y queda atrás todo ese mundo conocido.
Y ¿qué pasa cuando terminamos el colegio y nos vamos a la universidad a sacar una carrera, y todavía después, sacamos alguna especialización y luego otra especialización? Algunos se quedan solo trabajando, y otros eligen trabajar y seguir estudiando.
El ajuste a nuestra vida se vuelve un ajuste a una nueva etapa de nuestro día a día, y vuelve a tomar otro rumbo. Nos toca aprender a aceptar y adaptarnos a nuestro nuevo rol en la vida, con la actitud de madurez que podamos tener. Nos toca elegir, conocer nuevas personas, acoplarnos y ser parte del plan de nuestros sueños, cumplir nuevas metas y hacer con excelencia cada ilusión que nos propongamos cumplir.
Hoy, en el año 2017, estamos en una nueva etapa que Corporación Aceros de Guatemala está teniendo. No es la primera vez que nos pasa. Imagínese usted, después de 64 años que tiene esta historia, por cuántos ajustes le ha tocado pasar. Los cambios son constantes. No nos podemos quedar estáticos, porque quien se acopla y ajusta a los cambios, crece y se desarrolla. Aceros es hoy quien es, una empresa exitosa gracias a: tanto esfuerzo, perseverancia, disciplina, buenos hábitos, puntualidad, metas asignadas y cumplidas, sacrificios, ejemplos de superación, ir y venir de diferentes personas, ingresos, renuncias y despidos, así como también accidentes y pérdidas de compañeros de trabajo. Ha sido necesaria también la tolerancia al fracaso, ver cómo muchos se han aprovechado de la empresa, y otros que realmente sí han dejado una huella positiva velando por el bien de la misma. Ha habido retos de todo tipo, sencillez, humildad, dedicación y sobre todo FE, que se ha tenido.
Una nueva etapa que deja muchas otras atrás. Una nueva etapa, con un impacto más fuerte que las otras, porque en esta el fundador José Luis Gabriel, ya no está presente físicamente, porque se nos adelantó a la vida celestial; pero al asignar en vida para que siga su legado, a mi sobrino Rodrigo quien vio y sintió en él su liderazgo, conocimiento, claridad y disciplina, seguiremos creciendo y apoyándolo, para seguir con esos sueños e ilusiones que siempre tenía mi papá. Así, nos convertiremos en una empresa más fuerte, porque todos juntos y con el respeto, sencillez y humildad que mi papá siempre nos inculcó, seguiremos soñando y siendo Corporación Aceros de Guatemala bajo la luz de una gran estrella.
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